Marciano de la Serna, mi abuelo.

MARINA

Ya casi imposible de calafateos,
un poco olvidada del viento y la ola,
veo a mi barcaza,triste y sin deseos.
de nuevos periplos, silenciosa, sola.

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El agua hace rulos junto a sus maderas,
y la briza silva entre sus hendijas
y las algas tejen sus enredaderas
cubriendo celosas lo que aún es su quilla.
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Sobre este paisaje de melancolía
brilla un sol hermoso, que es casi agresivo
y una disonante anti- melodía
difunde en el aire algo intempestivo

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Mis pasos modelan huellas en la arena
y enhebro nostalgias entre mar y cielo
Y en la pobre barca clavada en la pena
Ato el seco cabo de mi último anhelo
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El mar está en calma, sereno, distante,
como si durmiese sobre el horizonte
Y un presentimiento fijo, dominante
despliega su giro entre el mar y el monte
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Por ese arco trágico pasan mis quimeras.
rumbo a los recuerdos de mis correrías
el lastre del tiempo quiebra sus cimeras
y un mal viento ahuyenta viejas ufanías.

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Vuelvo hasta mi torre, que asienta en las rocas
su desafiante, ruda fortaleza...
Me esperan mi pipa, mi silla y las pocas
cosas que he salvado... Y allí, entre tristezas,

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silencio y nostalgia...busco el in finito
mirando el paisaje desde mi ventana…
y a pesar de todo doy suelta a mi grito:
¡Si no hace mal tiempo saldré al mar mañana!

Diciembre 1968
Marciano de la Serna